jueves, 31 de octubre de 2013

Dieta paleolítica

Buenas tardes compañeros, soy Víctor Arnau.

En la colaboración de hoy me gustaría hablaros de la dieta paleolítica. He de decir que la primera vez que leí sobre ella tenía mis reservas sobre lo saludable que podía llegar a ser. Sin embargo, tras profundizar en mis investigaciones, tras evaluar los pros y los contras, y tras decidirme a probarla he de decir que es uno de los elementos que más bien está haciendo a mi vida en los últimos tiempos. Puedo afirmar sin ninguna duda que me encuentro mejor que nunca a nivel físico, mental y de energía. Y es que esto último es la clave, la energía, en esta colaboración veremos porque.

En primer lugar vamos a definir lo que es la paleodieta. Este tipo de dieta se basa en adaptar nuestros hábitos alimentarios y acercarlos a lo que comían nuestros antepasados durante el Paleolítico, cuando el hombre se dedicaba a cazar y recolectar y aun no existían la ganadería o la agricultura. Los expertos en este tipo de dieta consideran que nuestro organismo no está debidamente preparado para digerir y absorber los nutrientes de los productos procesados actuales, como los cereales, las legumbres, la leche o las carnes grasas. A causa de su consumo surgen muchas de las enfermedades contemporáneas, así como los grandes problemas de obesidad con los que nos encontramos en la actualidad.

Aquí es donde surge el problema, y muchos de vosotros diréis: ¿No están las legumbres y los cereales en la base de la pirámide alimentaria? ¿No recomiendan los médicos su consumo diario? Pues sí, aquí es donde me gusta decir a mí que nos están vendiendo la moto. Vamos a reflexionar un poco sobre los hidratos de carbono, aunque no es un tema sencillo. No sé si sabréis que los hidratos de carbono se clasifican en función de su índice glucémico, que está relacionado con la rapidez con la que se absorben. Por tanto, los cereales, la pasta o el azúcar que tienen un índice alto se absorberán rápidamente, mientras que las verduras, hortalizas y determinadas frutas tienen un índice bajo, por lo que tardarán más en absorberse. Ahora es donde muchos podríais pensar que cuanto más rápido se absorba el hidrato antes podremos disponer de la energía que nos proporciona, pero no es así. No es así porque cuando comemos hidratos de carbono con índice glucémico alto se libera insulina, que baja los niveles de azúcar en sangre, por lo que se podría decir que nos chupa la energía.

¿Habéis probado alguna vez a comeros una gran ración de arroz, cereales, legumbres o comida rápida? ¿Cómo os sentís después? Estoy seguro de que no tenéis ganas de hacer nada, y no hablemos ya de si encima nos toca hacer deporte. Nos sentimos pesados y sin energía. ¿Qué pasa en cambio, después de disfrutar de una comida a base de verduras, carne magra y fruta? Estoy seguro de que después nos sentimos mejor. La razón es que en la segunda comida no se libera insulina, ya que los niveles de azúcar no suben tan rápidamente.

Os lo puedo prometer, desde que he orientado mis comidas hacia una dieta paleolítica tengo energía en todos los momentos del día. Esto se ha traducido en un mayor rendimiento a todos los niveles, incluido a nivel deportivo. Antes, cada día después de comer, tras darme un atracón de pasta o arroz debía pasar una hora tumbado en el sofá y la verdad es que no tenía ganas de hacer nada. Ahora me siento mucho más ligero y activo, y aunque acabe de terminar de comer tengo ganas de hacer cosas.

Ahora viene la pregunta del millón ¿Debemos eliminar por completo de nuestra dieta todos los alimentos que hemos nombrado? Pues te diría que depende. Yo no eliminaría los cereales, la pasta y el arroz, sino que los usaría después de hacer ejercicio físico, cuando nuestras reservas de glucógeno en los músculos son más bajas y necesitamos reponer energía. Si eliminaría o sustituiría en cambio la leche y sus derivados; podemos beber leche de soja o leche de almendra, que también nos aportan calcio, vitaminas y nutrientes y en cambio no presentan los inconvenientes de la leche de vaca. También eliminaría por completo las carnes grasas, los azucares simples, la comida rápida y la comida procesada industrialmente.

Por tanto, en mi opinión la cosa quedaría así:
Alimentos básicos en nuestra dieta: Frutas, verduras, carnes magras, pescados, huevos, frutos secos, aceite de oliva y especias.
Alimentos que conviene reducir o restringir a determinados momentos: cereales en todas sus formas (pan, pasta, arroz, trigo, etc)
Alimentos que conviene eliminar: leche de vaca, azucares simples, alimentos procesados industrialmente, carne grasa, comida rápida, refrescos, alcohol, sal.


Creo que he tocado el tema de forma superficial solamente, así que es probable que en futuras colaboraciones profundicemos mas, veamos ejemplos de comidas y adaptemos esta dieta a los deportistas.

Por ultimo me gustaría dar las gracias a todos los seguidores por este increíble mes de Octubre en el que estaremos cerca de las 2400 visitas al finalizar el día.


Un saludo, Víctor Arnau.

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